Lo que nos faltaba. Apunten los catastrofistas: los virus se han rebelado contra los humanos y sus obras hartos de sufrir las consecuencias de la contaminación ambiental. Es una boutade, claro, pero la fórmula se lleva mucho esta temporada. Lo cierto es que el covid 19 tiene un primo lejano que causa la mixomatosis en los conejos. Y ahora, y este es el leitmotiv de este artículo, se está cebando en las liebres. Ya, ya sé que con la que está cayendo escribir de un tema tan aparentemente intrascendente, parece obsceno, pero no. Estamos hablando de una especie emblemática (¿qué significará emblemática?) en Zamora porque es símbolo de supervivencia y además uno de los pilares de la afición cinegética que, por su parte, tiene rango especial en la provincia, lo quiera admitir o no esa parte de la población que se autointitula animalista. El virus de la mixomatosis que, año tras año, diezma la población de conejos (una plaga en muchas comarcas, sobre todo en primavera) está mordiendo con saña también a las liebres, mucho más indefensas que sus parientes porque son mucho menos prolíficas y viven más expuestas. La alarma es grande entre los cazadores, naturalistas y gentes de bien en general. Por eso hay que tomar medidas. Como el sistema de la vacuna presenta dificultades en este caso, hay que extremar las otras medidas de protección. La primera, parece claro, reducir –y si fuera necesario suspender- su caza. Por otro lado, hay que minimizar al máximo el riesgo de contagio, retirando del campo los animales enfermos y los cadáveres, que también, al parecer, pueden transmitir el mal. Intento imaginar lo que significa, sobre todo para los galgueros, no cazar la liebre después de haber estado muchos meses soñando con lances de ensueño, pero necesidad obliga, y como ocurre ahora con esta maldita pandemia que nos ha robado ya muchos meses, hay que mirar al futuro, y hacer cosas que no nos gustan para intentar que no se extienda.

Los cazadores, siempre en el punto de mira de los animalistas, debemos ser como la mujer del césar y dar ejemplo y si este año no se puede cazar en algunos cotos la liebre, pues no se caza. Eso sí, hay que salir al campo a recoger animales enfermos y cadáveres, así evitaremos la propagación del mal. Ya habrá tiempos mejores.