“Defiendo a los niños a capa y espada. No se quitan las mascarillas, no hacen nada que pueda ofender a otro, no cogen una pintura que no sea la suya. Se portan fenomenal”. Toñina Hernández, maestra jubilada, se ha reencontrado con la escuela gracias al programa de promoción del éxito escolar que lleva a cabo Cruz Roja en Sayago. “Estoy encantada. Cuando se abrió el punto de atención en Bermillo me presenté voluntaria para colaborar en lo que surgiese, aunque prefería mejor algo que conozco y me encanta como es el trato con los niños”.

Fue así como Toñina empezó a colaborar en el programa que Cruz Roja desempeña en Sayago con los escolares en Bermillo y Almeida, donde una vez a la semana las trabajadoras sociales de la organización, Cristina García y Marifé Román, se desplazan para dar clases de apoyo y refuerzo con niños y niñas de Primaria, de 6 a 12 años. La actividad se complementa con un taller de habilidades sociales, emocionales y promoción de la salud. “Tenemos una parte de estudio y otra de formación en valores” precisan Cristina y Marifé.

Toma de temperatura e hidrogel a la entrada del punto de presencia local en Bermillo, donde se imparte la actividad de Cruz Roja con escolares. | Cedida

Una parte de esta actividad incide así en la mejora del rendimiento académico, ya sea con apoyo en los deberes y tareas, preparación de exámenes, para resolver dudas o reforzar las materias que resultan más duras. “Los niños necesitan tener esa rutina en sus actividades extraescolares, sobre todo en los pueblos, donde no hay tanta oferta” explican las profesionales de Cruz Roja en Sayago.

Un total de diez alumnos –6 en Bermillo y 4 en Almeida a la espera de que lleguen otros dos– participan en esta actividad promovida por la ONG en el mundo rural. Podrían acudir más, pero a la escasez de niños en los pueblos se suma, en este año de pandemia, un temor a los contagios que también ha afectado a las actividades extraescolares. Y ello a pesar de que se desarrollan con todas las medidas de seguridad. “La desinfección está siempre presente, se limpian las sillas antes y después de la actividad, igual con los pomos de las puertas, se toma la temperatura al entrar, se aplica el gel hidroalcohólico y todos estamos con las mascarillas. La prevención es total” certifican las trabajadoras sociales.

Oportunidad para los alumnos rurales

Además, a la hora de situar a los escolares en el “aula” se tiene en cuenta si son hermanos o si acuden a la misma clase en el colegio “para no romper esas burbujas que tienen hechas en sus colegios”.

El proyecto de refuerzo escolar y habilidades sociales comenzó en octubre de 2019 en Bermillo, aunque no acabó en condiciones normales. Tuvo que suspenderse en marzo, cuando se decretó el confinamiento en España por la pandemia del COVID 19. Aquel contratiempo no significó un parón: las trabajadoras sociales de Cruz Roja mantuvieron el contacto con los alumnos. “Les acercamos ejercicios para que pudieran hacerlos en casa, mantuvimos el seguimiento escolar y social, estuvimos siempre para lo que nos necesitaran. Cuando hemos vuelto a la nueva normalidad, hemos notado que al no haberse sociabilizado durante tanto tiempo, les ha costado volver a la actividad social” cuenta Cristina Gómez.

En aquellos meses de reclusión que obligaron a suspender las clases, también se facilitaron desde Cruz Roja tarjetas SIM para que pudieran conectarse a Internet y seguir las actividades desde el colegio. “Durante los meses más crudos de la pandemia, sobre todo abril y mayo, se ha notado especialmente esa brecha tecnológica del mundo rural. Hemos apoyado a algunos escolares imprimiendo fichas de deberes y por ejemplo en Fermoselle se contactó con el Ayuntamiento para que prestara los ordenadores del punto joven y los alumnos que lo necesitasen se pudieran conectar para las actividades del colegio”.

Además del refuerzo educativo, el trabajo de Cruz Roja con escolares se amplía a la promoción de valores y hábitos saludables, especialmente higiene o alimentación. En cuanto a valores se trabajan temas muy presentes en la sociedad actual como la sensibilización con la violencia de género, prevención del acoso escolar o un problema que se empieza a notar en las aulas derivado de la pandemia como es “cierto vacío” hacia niños que han pasado el coronavirus. “En Sayago de momento no lo hemos detectado, pero esa situación se está dando y por eso incidimos en que es algo que le puede pasar a cualquiera y no debe afectar a la relación con los compañeros”, cuentan las trabajadoras sociales. “Tratamos todo lo relativo a valores relacionados con el respecto y la sensibilización en temas de actualidad”.

Como todas las actividades que promueve Cruz Roja en el medio rural, es fundamental la coordinación con los colegios y si se trata de situaciones de vulnerabilidad entrar los servicios sanitarios, Ceas o Cáritas, que trabaja en la zona. “La coordinación es total” certifican Marifé y Cristina.