Quince días después del último encuentro zamorano, por el aplazamiento de su partido ante Alcobendas, los pistachos regresaron a la competición liguera afrontando un largo viaje a tierras antequeranas donde no realizaron un mal partido pero sí un final de choque muy flojo. Y es que tras un encuentro marcado por la igualdad en el que unos y otros tuvieron sus momentos de mando y de sufrimiento, el BM Iberoquinoa Antequera terminaría llevándose un triunfo ante el BM Zamora Rutas del Vino demasiado holgado y claro.

El Zamora comenzó de manera inmejorable, anotando en su primera intentona tras un buen cruce y haciendo el segundo instantes más tarde a la contra tras un robo en defensa. El tercero lo haría Alzamora desde los siete metros, pero al equipo no le fue tan bien en las siguientes defensas de la tarde y pese a su buen desempeño en ataque la diferencia no dejaba de ser mínima. Las primeras paradas de Guarido tampoco sirvieron pues Moyano también sería protagonista con sus paradas y con sus asistencias de gol a la carrera, 6-7 superado el minuto diez y todo muy igualado aunque siempre con los morados comandando el luminoso.

El partido se jugaba a un ritmo vivo pero quizás algo acelerado, con las dos seis cero poco duras y por momentos muy vencidas pero con ambas portería luciendo un gran nivel; sin embargo ahora los errores ofensivos se sucedían y eso lo aprovechó mejor el equipo anfitrión, pues el visitante Nacho de Castillo colocaba a los malacitanos por primera arriba, 8-7 nada más cumplirse el primer cuarto de hora. Aunque por poco tiempo porque los foráneos pudieron correr y en segundos colocaron el 8-9 a falta de once para el descanso y primera exclusión de la tarde, para el zamorano Aravena.

El equipo atacó con seis sin demasiada fortuna pero supo mantener el tipo en defensa y no cedió la alternativa a su rival. Unos segundos dos minutos zamoranos, ahora a Horcajada justo nada más recuperar la igualdad numérica de efectivos, tampoco fueron aprovechados por los antequeranos pues seguirían a remolque de marcador durante todo el primer periodo.

En la parte final del primer tiempo el duelo se cerró como nunca antes y las defensas, con las porterías manteniendo una excelente aportación, se impusieron claramente a los ataques. Ni siquiera las pizarras de ambos técnicos pudieron cambiarlo y se verían muy pocos goles en este tramo de enfrentamiento. Al paso por los vestuarios 11-12.

Muchas dudas en el reinicio y una nueva exclusión, ahora a Antonio Sánchez, le dieron la vuelta a la tortilla, 13-12 en apenas tres minutos de segunda parte. Pero el Zamora reaccionó con coraje e inteligencia y con Cubillas como estilete sumó un parcial de 1-5 que además de colocarle por delante suponía la primera brecha reseñable del encuentro, 14-17 seis minutos más tarde y tiempo muerto obligado para el entrenador local Lorenzo Ruíz Orellana. El Antequera era presa de los nervios y sus pérdidas eran constantes, amén de que ahora Moyano apenas si tocaba la pelota para sacarla de sus redes; y mientras Jaime González hurgaba en la herida, 16-19.

Los verdes apretaron con todo y los morados cedieron demasiado atrás. La exclusión de Sarasola no hizo sino acelerar todavía más los problemas defensivos foráneos y el choque se alocaba, 20-19 superado el cuarto de hora, pero el Zamora atacaba mucho mejor de lo que defendía y el duelo llegaba a su parte final con todo muy igualado, 22-22.

Entonces, dos goles del especialista local desde los siete metros Nacho Soto colocaron un preocupante 24-22 que el míster zamorano Ricardo Margareto trató de parar con un tiempo muerto. Pero ahora Moyano sí era decisivo bajo palos y eso más los nervios visitantes en ataque lo pusieron todo cuesta arriba, 25-22 a falta de cuatro para la conclusión.

Y por fin llegó la primera exclusión local, a Ortega, pero el Zamora no consiguió cerrar bien atrás y acabó desangrándose incapaz de encontrar las ideas buenas. Tanto, que a la conclusión el resultado no era para nada fiel a lo que había sucedido en la cancha, 29-23, al menos hasta los últimos cinco minutos del enfrentamiento.