—Nueva temporada diferente a las demás dado los cambios en verano.

—Si, esta temporada es muy diferente a la anterior, por tema de plantilla. Otros años era más fácil el comienzo pero siempre hay retos nuevos, objetivos nuevos y ya está ahí la incertidumbre de qué va a pasar durante todo el año. El 1 de agosto siempre pasan mil millones de cosas por las cabezas del equipo, sobrevuelan las dudas sobre lo que pueda pasar. Este año simplemente son un poquito mayores que en temporadas anteriores.

—¿Cómo afronta este año el equipo la temporada con tantos cambios y tras un duro final de liga en Irún?

—El año pasado fue muy difícil. El equipo remó contra corriente, fue un año difícil en cuanto lesiones. Con la lesión de Octavio el equipo se vació para intentar minimizarla y sacar toda la temporada sin él; me daba miedo que el equipo se hubiera vaciado y cansado de remar. Sin embargo, me he dado cuenta de que la diferencia es muy grande. El año pasado Octavio comenzó jugando y de repente desapareció, este año todavía no sabemos lo que es jugar con él y por eso hay que tomarlo de forma positiva, hay que jugar lo mejor posible con los que estamos ahora. Somos capaces, el otro día se vio y las sensaciones son buenas. Este año, cuando venga Octavio será para sumar y ayudar, el año pasado estábamos jugando mucho con él y este año tenemos que hacerlo sin contar con él.

—¿El equipo está rindiendo al nivel que esperaba hasta ahora?

—Estoy muy contento con el trabajo diario, con la gente que ha venido de fuera cada uno con su carácter con su rol, se están acoplando. Se está trabajando mucho en defensa y haciendo cosas nuevas en ataque, vamos a ver si la competición no nos puede y nos ponemos nerviosos si tenemos resultados malos. Tenemos que tener la cabeza fría. Creo que a medio-largo plazo este equipo es muy ilusionante, tenemos el hándicap de que la liga comienza hoy y ya tenemos que competir a otro nivel.

—Contento con el equipo pero podría estarlo más si llegara ese refuerzo para cerrar los fichajes.

—Nos está costando mucho encontrar un perfil de jugador. No podemos llegar económicamente ya que a estas alturas es muy difícil movilizar a la gente, tenemos que darle un voto de confianza a la gente que ha venido que lo están haciendo muy bien. Iñaki lo está haciendo muy bien, me enorgullece ver dar un paso adelante a Jortos o Guille, todos los jugadores están trabajando muy bien. Estoy muy contento con el trabajo que está realizando la plantilla durante la pretemporada. Quizás si perdemos tres partidos seguidos esto lo veamos de otra manera.

—¿Qué me cuenta de los nuevos jugadores?

—Son todos muy jóvenes, para trabajar a medio largo plazo, pensando en el futuro. Hemos salido al mercado y nos hemos decidido por gente joven que se formen con nosotros y puedan ayudar uno, dos o tres años. Tiene que ser algo simbiótico, que el jugador y el equipo crezcan a la vez, sabemos que en algún momento se van a separar los caminos, pero cuantos más años estemos juntos mejor.

—¿Algo similar a lo ocurrido cuando se fichó a Camino o Salinas y se ascendió?

—Sí., La diferencia con hace unos años es que ahora estamos jugando en una liga superior y tenemos una exigencia de quedar arriba.

—¿Y se podrá?

—Lo vamos a intentar, sabemos que es difícil pero vamos a intentar ganar a todos los equipos como hacemos siempre. Lo que tenemos que hacer es jugar bien y competir como siempre hace este club: con garra, con orgullo, con fuerza. Es el ADN del club y eso si que no se puede perder. El orgullo, la entrega, el compañerismo… si todo eso florece el sábado pues seguro que podremos tener más opciones por luchar por los primeros puestos pero, de momento, tenemos que pensar en ganar a Teucro.

—El gran favorito. ¿Qué quiniela podría hacer este año de la División de Honor Plata?

—La pasada campaña era fácil adivinar pero este es más complicado. Teucro tiene una gran plantilla va a estar arriba, pero luego hay un grupo importante comandados por BM Alarcos que ha sumado recambios muy importantes; BM Nava tiene muy buen equipo, como BM Cisne; Gijón, que siempre está luchando en la pelea, y Alcobendas, que ha traído a gente joven con mucha proyección. Tengo la sensación de que va a ser un torneo muy igualado. Para estar en diciembre a dos puntos de la fase y tres del descenso. Esa situación de tabla compacta en la que dos partidos buenos te meterán arriba y dos partidos malos, abajo. Me recuerda a la liga de hace dos años.

—Una liga difícil para los jóvenes. ¿Tendrán más minutos y protagonismo los canteranos este año?

—Sandín, Raúl o Maga están trabajando mucho, nos ayudan muchísimo en el día a día. Estar en un equipo no es solo jugar 60 minutos y meter muchos goles, el que juega un solo minuto tiene un trabajo sucio de trincheras, del día a día de ayudar al compañero que juega los 50 minutos para que esté al cien por cien. Esta ayuda quizás no se ve pero es un rol importantísimo. Un papel al que ya es hora de darle visibilidad porque es fundamental. Y en ese rol estaba Guille hace seis años, ahora es una parte fundamental en ataque del equipo. Todo tiene un proceso y unos tiempos, pero está por encima de los minutos que se juega.

—El año pasado las derrotas se dejaron notar en la grada. ¿Le preocupa que estancarse en la categoría evite crecer?

—Siempre tienes la preocupación de si vendrá gente al pabellón. Está claro que si ganas vendrá más gente pero no vale quejarse, hay que empatizar con el público. Tenemos que salir y que nadie te pueda decir has guardado algo de esfuerzo, no has hecho todo lo que podías, que la gente vea que el equipo se vacía. Somos nosotros los responsables de que se hagan «adictos» al Balonmano Zamora, tenemos que trabajar para que vengan, luchar por atraerles. No somos perfectos, a veces las cosas saldrán bien y otras mal, pero lo que no es negociable es el esfuerzo. El público tiene que ver que lo hemos dado todo, que no hemos guardado nada para que la gente que venga repita el día siguiente. No dudo de que el equipo vaya a dejarse todo y nunca he dudado de la afición que tenemos, que es espectacular y el origen de nuestro compromiso.