La Cofradía de Jesús Nazareno y Ánimas de la Campanilla ha celebrado hoy la Fiesta del Cementerio o de los Difuntos ajustando los actos “a un protocolo excepcional” debido a la pandemia del COVID-19. En consecuencia, la celebración se limitó al rezo de un responso en el Campo Santo de la ciudad por el capellán de la Cofradía, a las 12.30 horas y con asistencia de un máximo de diez personas, y a la ofrenda floral por los difuntos de la Cofradía, ciudad y "en especial por los fallecidos como consecuencia de la pandemia que vivimos" según el presidente de la Cofradía Crescencio Álvarez.

Celebración religiosa en la iglesia de Santo Tomás Cedida

La celebración prosiguió con la solemne misa en la iglesia de Santo Tomás Cantuariense, a las 13.00 horas, y con un aforo limitado.

Al acto en el cementerio únicamente acudieron, en representación de la Cofradía y junto al capellán, cuatro abades, un celador que portó la campana, un escribano que portó el guión de la Cofradía, un diputado que portó la cruz procesional, el secretario y el presidente de la hermandad.  

En la iglesia de Santo Tomás Cantuariense, elegida por su mayor capacidad, los cuatro abades junto al vicepresidente de la Cofradía recibieron a las autoridades asistieron al acto religioso.

 Ante las limitaciones de aforo ambos actos fueron retrasmitidos por el Facebook de la Cofradía y el de la Unidad de Acción Pastoral Ciudad de Toro y Morales de Toro.

De este modo se atendió a las disposiciones fijadas por la Junta de Castilla y León y a las indicaciones efectuadas desde el ayuntamiento de la ciudad. Este año fue suprimida la procesión desde la iglesia de Santa María de Roncesvalles y Santa Catalina hasta el cementerio de la ciudad, tanto en el recorrido de ida como de vuelta, así como la misa, que tradicionalmente se celebra en el centro del cementerio, y el tradicional refresco que se ofrece al término del acto. 

La Cofradía de Jesús Nazareno y Ánimas de la Campanilla es de las hermandades más significadas da la provincia de Zamora. Está integrada por unos 750 cofrades y de su pujanza habla el hecho de que tenga su propia iglesia: Santa Catalina.