El tenista español Rafael Nadal consiguió ayer su decimotercer Roland Garros, lo que supone su vigésimo título de Grand Slam y su victoria número 100 en París. Nadal, que se batió contra el serbio Novak Djokovic, reconoce que fue "el partido casi perfecto en el día perfecto". Tras un año duro, debido al parón en los entrenamientos por el confinamiento de la pasada primavera, el mallorquín no puede estar más orgullosos de este nuevo título. "Yo salgo siempre con el máximo respeto hacia el rival, y más teniendo a quien tenía en frente, y salí a la final con la certeza de que tenía el partido más difícil posible pero también con la certeza de que había llegado a la final preparado", asegura Nadal, quien reconoce que la final le ha llegado "en el mejor momento personal de estos últimos meses".