Tres miembros de la compañía Ron Lalá, caracterizados para la obra. | Ron Lalá

Miembro fundador de la compañía Yllana, referente indiscutible en el teatro de humor, David Ottone defiende el estilo propio de este grupo de actores, que ha sabido, a lo largo de casi treinta años, conquistar al público cada vez que se suben al escenario. Esta semana regresan al Teatro Principal (jueves y viernes) en una nueva edición del Ciclo de Humor, una cita a la que siempre acuden con puntualidad año tras año y en la que este año vuelven a coincidir con los compañeros de Ron Lalá.

–El público zamorano está deseando verlos este jueves y viernes en el Teatro Principal, con las entradas agotadas. ¿Eso añade presión?

–Para nosotros ir a Zamora siempre es un gustazo y, al mismo tiempo, una responsabilidad. Sabemos que hay muchos fans nuestros y queremos darles lo mejor. Por eso venimos con espectáculos muy divertidos y actuales.

–Uno de ellos es “Gag movie”, inspirado en el cine. ¿Hace buena combinación con el teatro?

–Nosotros siempre decimos que Yllana somos unos cinéfilos que hacemos teatro, porque nos influye muchísimo el lenguaje cinematográfico y lo aplicamos en nuestros shows, así que nos parecía que deberíamos homenajear al cine, por lo que es un espectáculo dedicado al séptimo arte divertidísimo, que lleva un año y medio de gira.

–“Greenpiss” es la otra obra que presentan en el Ciclo de Humor, estrenada en septiembre.

–Con ella llevamos solo cuatro actuaciones y se trata de un espectáculo muy actual, porque gira en torno al cambio climático y a la problemática ecológica que estamos viviendo. Pero, al mismo tiempo, es muy divertido. Se trata de una sátira sobre la ecología y la verdad es que el público lo está recibiendo muy bien, se está divirtiendo muchísimo y tenemos muchas ganas de estrenarlo en Zamora.

–Como en otros montajes de Yllana, ¿el humor se une a la crítica social?

–Por supuesto. A nosotros en el fondo nos gusta hacer comedia, pero también hablar un poco de las cosas que nos rodean y hacer una crítica activa en las situaciones en las que vivimos. Evidentemente, introducimos nuestro punto de vista, que es una mezcla entre el optimismo y el realismo. Así se trata la ecología en este espectáculo.

–¿La actualidad es una fuente de inspiración?

–Sí, siempre intentamos que así sea, como ya se hizo en espectáculos anteriores como “Brokers”, que giraba en torno a la crisis financiera, o “666”, sobre la pena de muerte. En general, buscamos cosas que nos muevan a nosotros y que hablen a la sociedad. No solo es hacer humor por humor, sino que nos interesa tocar la fibra a través de él y, en ese sentido, la ecología nos parecía uno de los temas más importante ahora mismo que se pueden tocar y así surge “Greenpiss”.

–Entonces, ¿no sería descabellado pensar en un próximo espectáculo de Yllana sobre el coronavirus?

–La verdad es que lo estuvimos pensando, incluso meter más cosas sobre ese tema en “Greenpiss”, pero al final decimos que ya llegaría el momento. Ahora nos toca mucho y muy de cerca el tema de la ecología y es lo que hemos hecho, ya veremos cuál es el siguiente montaje.

–¿Cómo se viven las restricciones desde el escenario?

–Estamos actuando con menos público y los cómicos nos tenemos que adaptar, aunque sea más complicado. Pero la gente que viene lo hace con muchas ganas, así que sale completa toda la jugada. Luego hay muchas medidas sanitarias durante el show, que para espectáculos como los de Yllana, muy interactivos con el público, se han tenido que realizar algunos ajustes. De hecho, la gente disfruta mucho cuando se sacan en el escenario mascarillas o guantes, se oyen las carcajadas. Pero es un momento complejo para toda la sociedad y para los artistas también.

–¿La cultura está siendo uno de los sectores más dañados?

–Ahora mismo la realidad es que los teatros están abiertos, al contrario que en otros países. Los espacios son muy seguros y se cumple con el lema de “cultura segura”, así que, en ese sentido, podemos decir que tenemos la suerte de estar actuando. Creo que no nos podemos quejar mucho, aunque haya muchas otras compañías y compañeros que están sufriendo. Esperamos que esto pase cuanto antes.

–El próximo año Yllana cumplirá nada menos que treinta años de trayectoria. ¿Ya se puede confirmar que los actores de la compañía son perfectamente reconocibles?

–Tenemos un sello propio que hemos conseguido a lo largo de este tiempo y la gente viene a ver a Yllana porque sabe lo que se va a encontrar: comedia, diversión, entretenimiento y ritmo. Y luego está ese punto de lo políticamente incorrecto. Tenemos un público que nos sigue y al que le encanta lo que hacemos, así que nos debemos a ellos.

–Usted está desde el principio en la compañía, ¿qué queda de esos jóvenes que seguían la estela de artistas como Tricicle o Vol Ras?

–Nosotros no habíamos estudiado nunca, no venimos de ninguna escuela de interpretación, sino que somos autodidactas. Empezamos en cabarets de Madrid haciendo teatro y descubrimos el mundo de lo gestual a través de otros derroteros, que no fueron ni Tricicle ni Vol Ras, aunque son compañías a las que luego con el tiempo miramos, por supuesto. Lo cierto es que comenzamos por un proyecto que nos encargaron para un festival en la Unesco, donde se nos pidió una pequeña pieza sin palabras. La hicimos y nos encantó ese estilo, de ahí que empezáramos a elaborarlo. Creo que siempre hemos sido muy “chaplinianos”, ya que Charles Chaplin es nuestra mayor influencia.

–¿Es fácil hacerse entender sin palabras o a veces dan ganas de gritar en el escenario para explicar algunos temas?

–Creo que nuestro teatro es de acción y nuestro gran arte es poder contar cosas muy profundas de una manera sencilla, que la gente pueda entender bien sin tener que usar la palabra. Pero siempre es una gran búsqueda el trabajar y seguir indagando en cuáles son los límites del teatro gestual.

–Tres décadas justifican el que sean ya todo un referente en este estilo de teatro.

–Somos de las compañías en el mundo que estamos dedicados exclusivamente, o en gran parte, en ese género tan maravilloso que es el de teatro sin palabras, que nos ha permitido viajar por más de cuarenta países de todo el mundo y haber hecho grandes giras internacionales. Eso es todo un lujo.

LAS CARCAJADAS DE RON LALÁ INSPIRADAS EN LA INQUISICIÓN

“Andanzas y entremeses de Juan Rana” es el título de la obra que abre hoy esta nueva edición del Ciclo de Humor en el Teatro Principal. Otros “viejos conocidos” del público zamorano, Ron Lalá, son los encargados de inaugurar tres días de risas aseguradas —desde hoy, miércoles, hasta el viernes— con un montaje inspirado en la Inquisición Española. Esta institución se reúne para un juicio secreto que puede cambiar el curso de la historia. El acusado es el protagonista, Juan Rana, reconocido comediante del Siglo de Oro que ha osado cometer el delito de hacer reír al público de varias generaciones “con su humor irreverente y burlesco, donde toda la sociedad queda retratada”, según se extrae de la sinopsis de la obra. Las pruebas que tienen los miembros de la Inquisición son una selección de entremeses de los más grandes autores de la época, desde Calderón a Moreto y Quiñones de Benavente, que protagoniza Juan Rana y que le hacen blasfemar, cometer desacato, ser un irreverente, provocar e incluso disponer de espíritu crítico. Todo ello faltas graves a ojos de los inquisidores, que deberán deliberar si este comediante merece o no la hoguera. Una original manera de reflexionar sobre los límites del humor y todo un homenaje a una figura esencial del teatro clásico español.