Rostros de marineros castigados y curtidos por la vida en el mar protagonizan la muestra “Nauta”, de la artista zamorana Noelia Domínguez, abierta en sala de exposiciones de La Alhóndiga hasta el próximo 13 de noviembre. Las originales obras de esta joven también retratan a mujeres de distintas culturas que comparten como denominador común la narración de sus vidas a través de su expresividad.

–¿Cómo definiría las obras que expone en la sala de la Alhóndiga?

–Lo que hago son retratos, casi todos en grafito porque me parece que da mucha más fuerza y potencia a la imagen. Son en blanco y negro y cuando lo termino, en función de lo que vea que me pide la imagen o si tiene una historia detrás que me inspire, la remato en digital, en acuarela o con spray, que son las que aparecen con algún color. Ese es el paso final pero es en función de lo que me pida la imagen.

Realizo mis obras en grafito aunque las remato en digital, acuarela o spray

–Usa lápices, tinta, bolígrafo, acuarela y técnicas digitales, ¿cómo combina todas estas herramientas?

–Empecé a probar técnicas y al final hay una mezcla personal de todas ellas.

–Su exposición se titula “Nauta” y tiene una especial conexión con el mar y la vida marinera, ¿de dónde le viene esa fascinación por el mar siendo de una provincia de interior?

–Me gusta mucho el mar y además buceo. Me gusta bastante todo lo relacionado con el mar y con actividades acuáticas, sobre todo el buceo, que me transmite mucha calma.

–Al margen de esa temática marinera predominante, ¿qué otros rostros reflejan sus obras?

–Hay rostros de mujeres porque me gusta mucho viajar, he viajado a un montón de países, todos los años, menos este por la actual situación. Intento conocer países diferentes y las caras de la exposición son de personas de diferente etnia y de diferentes sitios. Son sobre todo de fotografías que me he traído de esos viajes.

–En su exposición hay rostros de distintas procedencias y culturas, ¿son personajes reales o ficticios?

–Todos son rostros de personas reales, aunque en algunos de ellos he mezclado más de una fotografía. Algunas son mías y otras son cedidas por otras personas, por amigos o incluso fotógrafos que me ofrecen sus obras para pintarlas.

–¿Llegó a conocer a alguno de los personajes que aparecen en sus ilustraciones?

–Las fotografías de marineros no porque casi todas son imágenes antiguas. La imagen que a mí me gusta de los marineros es la clásica que tenemos todos en la cabeza. Son de archivo porque esa imagen ahora mismo ya no se corresponde con la realidad. A las mujeres que he retratado no las he conocido de forma estrecha, pero sí que he tenido la oportunidad de hacerles yo la foto y hablar un poco con ellas.

Todos los rostros son de personas reales, que he fotografiado en mis viajes o me han cedido

–La finalidad de sus retratos es contar un relato, ¿qué tipo de historias cuentan los protagonistas de esta exposición?

–Me llaman mucho la atención los retratos de personas mayores, me parecen imágenes con mucha fuerza y que transmiten mucho. Son gente que tiene mucha vida recorrida, mucha trayectoria y muchas cosas que contar. En el tema concreto de los marineros es gente que viaja mucho, gente muy vivida y con muchas historias a sus espaldas. Que te pones a escucharlos y te cuentan muchas cosas porque tienen una vida muy interesante y muy intensa. Solo viendo sus rostros, que son muy castigados, se ve que ha sido gente que ha tenido mucha vida. Hay de algunos que sí he conocido su historia real y otros no he tenido la oportunidad de conocerla.

–Las imágenes de la exposición van acompañadas de textos, ¿corresponden a esas historias?

–He intentado buscar documentación sobre la vida de los marineros, al igual que sobre los tatuajes que llevaban y su significado. Esos fragmentos son de personas que han escrito sobre los marineros y sobre la vida en el mar.

–También se centra en los mensajes que cuentan los tatuajes, en este caso de los marineros, ¿qué le ha llevado a investigar este código visual?

–Cuando empecé a documentarme sobre la vida de los marineros un poco más allá de lo que conocemos todos, empecé a ver que el tema de los tatuajes no se los hacían porque sí, sino que siempre tenían un significado. Antiguamente no había nada donde contar o comunicar nada y se lo tatuaban en su propio cuerpo. Por ejemplo, se tatuaban si pasaban un cabo o si lo habían pasado más de una vez. Cada tatuaje tiene un significado, refleja la vida del marinero. Me pareció muy interesante y poco conocido. Ahora mismo el tatuaje lo hacemos porque es bonito o feo, pero antes era la manera de contar su historia. Por ejemplo, los marineros llevaban un pendiente de oro porque si morían en el mar o lejos de la familia, era para que la persona que lo encontrara cogiera ese pendiente de oro y lo enterraran de una manera cristiana a cambio del pendiente de oro como pago.

Obra de Noelia Domínguez.

Obra de Noelia Domínguez.

Perfil

Noelia Domínguez Merino | Zamora (1983)

Diplomada en Ingeniería Técnica de Diseño Industrial por la Universidad Jaume I de Castellón, Noelia Domínguez completó sus estudios realizando diversos cursos de diseño gráfico. Actualmente compagina su carrera como ingeniera con la ilustración y trabaja en encargos y proyectos para campañas publicitarias. Sus dos grandes pasiones son la pintura y la fotografía, además de sentir una especial fascinación por las imágenes y las historias ligadas a la vida marítima. Desarrolla su actividad laboral desde Zamora aunque reconoce que tiene más dificultades para dar a conocer su obra que en grandes ciudades.