Opinión

Nunca pensé que escribiría una carta de apoyo a Pedro Sánchez

CARTAS

CARTAS

Siempre he discrepado ideológicamente del Partido Socialista, pero me preocupa más el aspecto moral de los últimos acontecimientos que las diferencias políticas.

Ver al presidente del Gobierno (al que afrontó y superó la pandemia, al que supo sobreponerse por encima de las diferencias para crear una coalición de izquierdas y, así, subir el salario mínimo interprofesional, eliminar el copago farmacéutico, dignificar las pensiones y tratar de eliminar la pobreza a través del ingreso mínimo vital), verlo, en fin, tocado y hundido al salir del Congreso, me preocupa, ocupa y espanta.

La "máquina del fango" no solo embarra, sino que deshumaniza al adversario y lo lleva a la depresión.

No creo que la gente "de bien" de este país deba aceptar la situación sin criticarla y aborrecerla.

La democracia, que ya cuenta con cuarenta y seis primaveras (mal llevadas) es otra cosa y debe serlo, y hay que reivindicarlo. No puede incluir el ataque "ad hominem". Es el peor argumento y el más vil. Debe prevalecer el discurso de ideas y de propuestas. Nunca, en ningún caso, la búsqueda (a cualquier precio, me temo) de los puntos débiles del adversario. En el caso del presidente es su mujer y, por eso, tratan de imputarla.

Si el Gobierno cae ahora, si Pedro Sánchez acaba dimitiendo, pierde España y vuelve a ganar el fascismo, que, como en el 36, como no puede vencer a través de las urnas, lo hace por la puerta de atrás.

Yo me niego: me niego a renunciar a una España progresista, sensata, defensora de los derechos humanos (la que no mira hacia otro lado y, además de denunciar el genocidio en Gaza, piensa en reconocer de una vez el Estado Palestino).

También me niego a ver cómo el presidente del país está tan tocado que reconoce abiertamente que necesita unos días. Se habla mucho de cuidados y de salud mental pero se pone a la clase política tan al límite que no pueden más.

Reflexionemos, dialoguemos.

El país se merece algo mejor que esto.

Y nuestro presidente, también.

Irene Mateos

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